La terapia familiar tiene como objetivo ayudar a la familia a resolver las situaciones de conflicto y malestar en la que se encuentra.
A la primera entrevista se solicita la presencia de ambos progenitores cuando la preocupación está centrada en un hijo. A las siguientes entrevistas se solicita la participación de todos aquellos miembros que se consideren necesarios para la evolución positiva del tratamiento.
Cuando el problema se encuentra en la relación entre varios miembros de la familia, se solicita la presencia de todos aquellos miembros que quieran participar.
Al finalizar la primera entrevista el terapeuta da una devolución a la familia sobre la visión del problema y las posibilidades de iniciar un tratamiento.
En caso de iniciar la terapia se acuerda el número de sesiones (habitualmente son cinco) con la posibilidad de acabarlo antes de las cinco sesiones o de continuarlo algunas más, según la evolución del mismo.
La frecuencia entre una y otra sesión es de unas 2 semanas.